Clunia, saqueada y olvidada
M.B. G.
Fueron dos, ni más ni menos, las cabezas robadas del pórtico de la Iglesia de San Esteban. Primero se achacó al vandalismo, pero la decapitación había sido atrozmente quirúrgica, con premeditación y alevosía, lo que viene a ser un robo por encargo de toda la vida. Y nos pilló a todos por sorpresa en plena Semana Santa. Qué mejor fecha para unirse al club de los cristianos martirizados, azotados o decapitados, que aquella en la que más nos hartamos de verlos por la televisión. Es nuestra cita anual de sobredosis de películas de romanos, Quo Vadis o Ben-Hur a diestro y siniestro en cualquier cadena. Hasta en el 24 horas de Sálvame, también conocido como Telecinco.
Qué desfachatez, aprovechar nuestra resaca de torrijas y procesiones para decapitar a los bustos de San Pedro y San Lorenzo. ¿No tuvieron una muerte suficientemente cruel para respetar al menos sus representaciones pétreas? Parece ser que no. Pero tranquilos, las fuerzas de seguridad del estado y en Burgos se movilizaron por cielo y tierra para rescatar a estas testas del siglo XII y de valor incalculable. Los cacos no fueron conscientes de con quién se habían metido, con la Santa Madre Iglesia habían topado, y ésta sí que remueve cielo y tierra sin miramientos. Lo mismo te quita el limbo que el purgatorio, en un abrir y cerrar de ojos de Ratzinger Z.
Al final, resultó que las cabezas sólo habían cambiado de parroquia, parroquianos y de vino con el que santificar las fiestas. El ladrón había ocultado las cabezas ¡tras la barra de su bar! Y os preguntaréis, a qué narices viene todo este sermón. Si ya tuvimos suficiente matraca con las cabecitas dichosas en su día. Pues sí, y todos nos echamos las manos a la cabeza con el robo exprés. Sin embargo, no lo hacemos con las ruinas romanas de Clunia, y lleva ocurriendo esto mismo desde su abandono romano hasta hoy. ¡Ah! Pero eso ya no tiene remedio, qué se le va a hacer, a saber dónde estarán los restos arqueológicos saqueados ¿no? Pues gran parte claro que ya no se puede saber, pero muchos vestigios sí. Un ejemplo muy sencillo, no hay más que ir a Peñaranda de Duero a visitar su iglesia. No te encuentras a San Lorenzo o San Pedro, pero sí a Santa Ana rodeada de otros tres bustos romanos de Clunia. Si alguien lo entiende que me lo explique. Con la Iglesia hemos topado.
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